31 de julio de 2013

Beau.

 Sabéis ese momento en las películas en las que todo va a cámara muy muy lenta y suena una música de fondo bajita y suave...?

Mirarle siempre así, como si nada existiera. 
Como si tuviera delante de mis narices a la mismísima razón del sentido de la vista.

Como si de ángulos se tratase mi vida ha dado un giro que ha venido a parar a su espalda. Deberíais ver su espalda.
Es sin duda el mejor cuento para dormir que conozco.

Una vez me hablaron de la complejidad de los abrazos, de los difícil que resultaba que dos personas encajasen perfectamente en uno de ellos.
No sé muy bien como explicarlo, pero los puzzles nos miran desde la mesa embobados, envidiando tanta complicidad.




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