17 de enero de 2014

Da un paso atrás y mira el Universo.


No se besa apretando los labios. Ves a alguien y recuerdas porqué lo deseas. 
Tu sistema nervioso simpático acelera el pulso. El lóbulo frontal quita las inhibiciones y tú necesitas darle un beso. 
Y pasa todo a la vez. Somos impulsivos y compulsivos. Así funciona el cerebro.


No se fija en lo que hacemos, sino en porqué lo hacemos. 




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